Arbolita azul
No sé cómo terminé en el suelo pero al parecer pegué la cara contra el azulejo. Dicen que me tuvieron que agarrar entre cuatro para que no me le tirara al carro. Llevaba dos días sin parar de llorar. Literal. Sin vergüenza. Sin pudor. Sólo llorar y querer morirme. Hoy encontré hogar. Ya estoy más tranquila.