- Llegaste a este mundo descarnada - me dice Lupe reboleando la única erre de la oración. Dice que tengo miles de años, que estoy cansada de la injusticia y que tengo que hacerme amiga de la sábila. En aquel paraíso de chicharras no necesito nada. Sólo hablar con mi Maria Bethânia en las mecedoras mirando hacia el jardín de la memoria. Me lee la mente como la bruja que es: Viniste a esta vida a recordar... A mí, que todo se me olvida pero no.