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Mostrando entradas de febrero, 2018

Knock knock

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Mi soledad era una gruta llena de musgo y peces. Un día entró el sol. No me interrumpan más.

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Imaginemos. Vemos una bestia enjaulada que no ha conocido ninguna de las posibilidades de su noble salvajismo. Se la lleva a una habitación y se la saca del encierro. Sentirá algo diferente,  que se aliviana, y todo será más o menos lo mismo. Estirar la cárcel. Ahora,  vamos a un galerón amplio. No sabe qué ha cambiado, pero puede aflojar las patas y hasta correr un poco. Se cansa rápido y quiere más. Entonces, viene el campo abierto, infinito... Cabe toda su naturaleza... Pobre criatura. Antes,  en su jaula chiquita,  siempre sabía en dónde estaba. ... "Al lugar donde has sido feliz, no debieras jamás de volver." Qué frase maldita y cliché.

Nuevos refugios para cuando la ausencia es síntoma

Jesica Fernández dice: "Debemos amar lo que nos contiene /  debemos amarnos para contenernos." ... Cada vez que riño con la idea  de que el amor es elástico y sistémico, me gustaría saber ser la casa a la que añoro llegar...

Memoria de un escultor empírico

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Nos divisábamos desde lejos, me lanzaba un sonoro -¡Manteca colorá!  y se le arrugaba la cara en un millón de formas nuevas. Hablaba de Bahía Gigante, de los caminos de polvo con melaza  y  de cómo se portaba su perro. Lo vi tallar cualquier cosa sobre cualquier cosa y estoy segura de que pudo haberse comido el mundo entero  encima de una bicicleta. Le daba banano y galleta María a una ardilla que parecía ser siempre una diferente, aunque eran todas iguales y se llamaban Chilango (en honor al Chilango...) Peleaba con don Aure por tonteras. Se querían. Se querían muchísimo. Un cacho de vida compartiendo el mismo pedazo de acera. Tejíamos juntos y cantábamos en la calle. Esperaba a que las jacarandas botaran sus tortuguitas en febrero. Alquimia y... ¡bum!  Aretes, collares y a inventarse un trabajo... Cuidaba carros en un gimnasio y bajaba maracuyás que crecían en la malla con la serenata diaria del tren. Me topé a don Aure en

Polivalencias II o "La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes..."

Claro que tenía el derecho de estar confundida ...pero me terminó por whatsapp.

Ejercicio taxonómico no.4

Estar tan juntos Nada peor que comer sin sal. La sal se disuelve en el agua y da sabor. No deja de existir, aunque nadie se maraville ante su presencia individual. Se vuelve parte de la salsa y al probarla nadie dice - Mmm... qué rica la sal que le echaste. / A veces todo es tan líquido que me  di s u e  l     v       o    .          .                    .

Entrega textual # 6: Hacia un lenguaje escenográfico, Norberto Laino.

De la memoria y el verbo referenciar "Myth is never a lie or a confession: it is an inflexion." -R. Barthes Cuando tenía siete años, mis papás me llevaron al antiguo Teatro Fanal a ver el ¿concierto? La Madremonte , de Guadalupe Urbin a.  Y o nunca había ido a un teatro, pero estaba extasiada por salir de noche un jueves de semana escolar, y me moría por saber qué iba a pasar adentro de la sala. Nos sentamos y todo se puso negro. Recuerdo sorprenderme de que la gente hiciera silencio de inmediato. También se puede ver con los oídos, pensé. Con el sonido lamentero de un violín, se activó una máquina de humo que llenó la sala de un olor dulce. Un cenital de luz azul abrió apenas la oscuridad y de las sombras apareció un monstruo; una enorme cabeza de caballo, huesuda, curtida, con una imponente melena negra. Detrás de la máscara, estaba Guadalupe, que comenzó a cantar acompañada por un bombo legüero, tronando la voz como una piedra que se despeña. Canción. Una muc

Ejercicio taxonómico no.3

ESTAR BIEN o "Cómo manejar las expectativas" No se puede siempre