Endorfinas

Abro los ojos y es la hora perfecta para que sea un buen día.
Algo pasa.
Me hago amiga de cada resorte del colchón y me quedo sin costillas.
Anoche dormí, creo.
Abro los ojos y ya es otro día.
Nada pasa.
No estoy mal pero estoy mal.
Yo podría estar en un bote en el medio del mar por meses,
pero estoy acá, con un precioso vacío que hace ruido.
Hice ejercicio.
Logré arratonarme.
Siento.

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