Ubicación

Imaginemos.

Vemos una bestia enjaulada que no ha conocido ninguna de las posibilidades de su noble salvajismo.
Se la lleva a una habitación y se la saca del encierro.
Sentirá algo diferente, 
que se aliviana,
y todo será más o menos lo mismo.
Estirar la cárcel.

Ahora, 
vamos a un galerón amplio.
No sabe qué ha cambiado, pero puede aflojar las patas y hasta correr un poco.
Se cansa rápido
y quiere más.

Entonces, viene el campo abierto,
infinito...
Cabe toda su naturaleza...

Pobre criatura.

Antes, 
en su jaula chiquita, 
siempre sabía en dónde estaba.


...



"Al lugar donde has sido feliz, no debieras jamás de volver."

Qué frase maldita y cliché.




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