Los nájeros no entienden las metáforas

Pedí en el fuego.
Puse tabaco como aprendí.
Aprendimos tanto. Cuántas novenas sigo rezando enterrando la idea de que ciertas promesas no las cumpliremos nunca.

Recuerdo cuando te vi; ya no eras igual. Todo en tu cuerpo parecía bendito. Lloré.

La noche que bajaste me dio una diarrea fatal. Mis tripas ya estaban despidiéndote pero los bichitos que me habitan nunca se terminaron de enterar. Así que al volver pedí en el tabaco.

No sé si te acordás de aquella vez en que nos tiramos en la arena toda la tarde. Todavía no nos habíamos arrancado el corazón a zarpazos y teníamos ganas de hacer lo que fuera para aprender.

Quiero creer que aprendimos, pero está todo bien. 

Quizás el tiempo ya pasó. Puse un tabaco...
x2


Comentarios

Entradas populares de este blog

Heyoka Disca

Tantas veces me mataron

Internación. Día 1