Puntilleo pandémico
El escenario es un lugar para habitar la posibilidad de la ausencia.
Me llamó tu mamá para que seamos amigas y no sé qué debería responder.
Supiste qué hacer de inmediato. Mi mandíbula apretada y mis ojos desorbitados no te impidieron ver lo necesario.
El aburrimiento nos puede hacer egoístas o generosamente creatives.
Locurar es un excelente verbo.
Sueño con vos a menudo y me pone ansiosa no tener lugar donde reposar los mensajes que recibo.
Hacer predictivos es hacer poesía subvertida por el mapa de las decisiones pasadas.
Escribí purgando odios y me salió un trap.
Lloré porque ninguna de las dos me reclamó la disociación y hay una parte en mí que no supo cómo asimilar que me aman y punto.
La coronatrama me tiene sin brete y me reúso a que la virtualidad sea el nuevo mundo.
La coronatrama me tiene sin brete y me reúso a que la virtualidad sea el nuevo mundo.
Sobreviviste a la cueva del monstruo y me alegra aunque no te lo pueda contar.
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