Ejercicio taxonómico no.2

Estar presente

(I-5)

Mirar de cerca es poder considerar los detalles. O quizás sea otra cosa. A lo mejor es esconderse de la imagen completa. 
O todo lo contrario.

Un iris a través de un microscopio se ve como una galaxia pequeña. 

El capítulo 7 de Rayuela es famoso por algo; puede que sea por cliché o porque mirar de cerca es opia y se siente rico. 

Estar afuera y estar adentro. A la espera.

Es fácil encontrar casualidades cuando miramos de cerca. 

Todo parece estar hecho para ser interpretado. 

Nos convertimos en testigos únicos de lo que sea que acerquemos demasiado a la nariz. 

Todo es chiquito y fácil de abrazar. 

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Algún simpatizante de la filosofía de lo cotidiano, me contó que la uchuva es considerada el fruto del amor porque al sacarla de su cáliz somos el primer ser en el mundo que la mira desnuda. 

Entonces, según la teoría de la uchuva, amar es desnudarse ante una mirada.

En la misma dimensión reflexiva, también existe la teoría del helado. 

Argumenta que nadie se come un helado pensando en que se va a acabar.

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Cuando las cosas se miran de cerca, todo aparenta pertenecer. Es cuando nos alejamos que vemos que el universo está compuesto fundamentalmente de vacío.

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El otro día te emocionaste imaginando que teníamos una casa juntos. 

Estabas acostado conmigo en la sala y yo era la cuchara grande. 

Sólo podía mirarte de cerca los poros del cuello, porque te abrazaba por detrás pegando el cuenco de mis caderas a tus nalgas. 

Perfect match. Tetris. 

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La filosofía del Tetris nos enseña que cuando todo calza perfectamente, desaparece.

(Mierda...)

Mierda. Me quiero comer el puto helado tranquila, pero siempre me acerco tanto que pego la barbilla o la nariz y termino haciendo un fucking desastre.