Miau 2 o Spinoza para gatitxs

Mi útero está clausurado, pero ver a Lilith parir es una de las cosas que más mamífera me ha hecho sentir. Sus contracciones, la manera en que se lamía el líquido, el hociquito de su bebé. El olor a cobijas viejas con polvo. Eso era otra cosa.
Debe ser que hay ciertos misterios que me aflojan la reticencia a mi propia humanidad. 
Animalarse como una urgencia vital.
En todas las ocasiones en las que mi cuerpo explusó a la humana y dejó a la hembra, sentí un alivio profundo, pero no puedo negar que también quiero expulsar toda biología de mis trascendencias y no volver a ignorar que el ser siempre quiere perseverarse en el ser.

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